domingo, 13 de enero de 2013

Tema N° 2 Lenguaje, lengua y habla


TEMA N° 2
LENGUAJE, LENGUA Y HABLA

Indicador de logro: Determina las diferencias entre lenguaje, lengua y habla.


 Lenguaje,  lengua y habla
Las diferencias entre lenguaje, lengua y habla son muy importantes a la hora de adentrarnos en el estudio del lenguaje y de la lingüística. Vamos a intentar dar unas definiciones básicas que nos permitan discernir unos conceptos de otros.

Podemos entender el lenguaje como la capacidad de poder establecer comunicación mediante signos, ya sean orales o escritos. De esta manera, el lenguaje presenta muchísimas manifestaciones distintas en las diversas comunidades que existen en nuestro planeta. Estas manifestaciones son lo que conocemos por lenguas o idiomas, como el español, el inglés, el francés o el alemán. No sería correcto hablar, por tanto, de “lenguaje español” o de “lenguaje francés”. Es importante saber emplear los términos con la precisión que merecen.

Por otro lado, la lengua es, como hemos dicho, un sistema de signos que los hablantes aprenden y retienen en su memoria. Es un código, un código que conoce cada hablante, y que utiliza cada vez que lo necesita (que suele ser muy a menudo). Este código es muy importante para el normal desarrollo de la comunicación entre las personas, pues el hecho de que todos los hablantes de una lengua lo conozcan es lo que hace que se puedan comunicar entre sí.

Y, entonces ¿qué es el habla? Es la plasmación de lo anterior, la recreación de ese modelo que conoce toda la comunidad lingüística. Es un acto singular, por el cual una persona, de forma individual y voluntaria, cifra un mensaje concreto, eligiendo para ello el código, los signos y las reglas que necesita. Dicho de otra manera, es el acto por el cual el hablante, ya sea a través de la fonación (emisión de sonidos) o de la escritura, utiliza la lengua para establecer un acto de comunicación.

Entre la lengua y el habla se establece una especie de estrato intermedio que los lingüistas entienden como norma. La norma es lo que nos impide emplear algunas formas lingüísticas que, ateniéndonos a la lógica de la lengua, podrían ser correctas. Ocurre cuando un niño dice andé, en lugar de anduve, de la misma manera que diría jugué, miré o canté. Este tipo de normas tiene origen histórico y, así consideradas, no constituyen ninguna irregularidad. La norma impone desvíos en determinados aspectos de la lengua que todos aceptamos, pero el hablante no tiene por qué conocerlos en un principio y por eso es tan común que, entre los que están aprendiendo, surjan este tipo de errores.[1]

Las lenguas del mundo
La clasificación de las lenguas del mundo es extremadamente compleja, y no hay una sola. Sin embargo, a continuación daremos una clasificación de diez grandes grupos lingüísticos, o familias, realizada por diversos filólogos. Una familia de lenguas consiste en idiomas íntimamente relacionados dado que todos ellos provienen de un mismo primer idioma, siendo ellos los derivados.

- Indoeuropea: Es la familia de lenguas más importante, según hablantes. La familia es conformada por 150 lenguas, que son habladas por unas 3000 millones de personas, principalmente en Europa y el oeste de Asia. Algunos de esos idiomas son: español, ruso, griego, inglés, sánscrito, latín, irlandés, galés, italiano, portugués, francés, alemán, holandés, sueco, islandés, checo, rumano, polaco, persa, lituano, albanés y armenio.

- Fino-húngara o ugrofinesa: Hay quienes creen que esta familia es un subgrupo de las lenguas urálicas, emparentándola con las lenguas samoyedas. Esta familia es hablada por unas 20 millones de personas, y algunas de las lenguas son: húngaro, finés, estonio, mari, komi, udmurto, mordvino, janti, mansi y livonio.

- Semítica: Mayormente desarrollada en Oriente Próximo y el norte y este de África. Sus lenguas más populares son el árabe, hebreo, amárico y tigriña.

- Camita: Hablada por unas 25 millones de personas (bereberes) del norte de África. Algunas de las lenguas son: awjilah, sawknah, siwi, guanche, judeo-bereber, cabil, rifeño y zenaga.

- Indochina o sino-tibetanas: Conformada por unas 300 lenguas, se coloca segunda en el ránking de hablantes, después de la familia Indoeuropea, por tener al chino entre sus idiomas. Los idiomas son: chino, mandarín, cantonés y el birmano y derivados.

- Malayo-polinésica: Hablan sus lenguas 300 millones de personas, mayormente ubicados en el sudeste asiático y el Pacífico. Sus lenguas incluyen: indonesio, malayo, javanés, malagache, tagalog, nauruano, chamorro, maorí, hawaiano, rapanui, tongano, tuvaluano, samoano y tahitiano.

- Lenguas túrquicas: Con 140 millones de hablantes, las lenguas más importantes de esta familia son: turco u osmanlí, chuvasio, uzbeko, uigur, altai, yakuto, azerí, salar, gagauz, turcoromano, kumiko y karakalpako.

- Dravídica: En total unas 25 lenguas con 200 millones de hablantes situados principalmente al sur de India y Ceilán, las más representativas son: la telugu, la tamil, la kannada, la malayalam, la gondi, la tulu, la kurux y la brahui.

- Bantú: Las lenguas bantúes son habladas mayoritariamente en Camerún, Gabón, República del Congo, República Democrática del Congo, Uganda, Kenia, Tanzania, Angola, Zambia, Malawi, Mozambique, Zimbabwe, Namibia, Botswana y Sudáfrica. Las lenguas son: Proto-bantú, chichewa, herero, kikuyu, kinyarwanda, kongo, lingala, lozi, luba, luganda, shona, sotho, swahili, xhosa y zulú.

- El décimo y último grupo, son en realidad los restantes. En esta categoría entran, por ejemplo, el japonés, el euskera y las lenguas indias de América. Hay aproximadamente un centenar más.[2]

Variedades sociales y estilísticas 
Fuente de la imagen: Kalipedia
Cada uno de nosotros podemos entendernos con otras personas que hablen español. Pero no todas las personas que hablamos español lo hablamos de la misma forma. Así, somos capaces de percibir claramente que las personas de Castilla o del norte de la Península, por ejemplo, pronuncian de distinta manera que las que han nacido en Andalucía o en Canarias. Y es fácil observar también que un abogado o una economista emplean palabras que no utilizamos habitualmente. Ni siquiera una misma persona habla siempre igual: no nos expresamos de la misma manera cuando charlamos con nuestros amigos que cuando conversamos con un desconocido, con un profesor o con una doctora. Así pues, el español, como cualquier otro idioma, es una lengua que está sujeta a variación. Las variaciones que afectan a una lengua son principalmente de tres tipos: variaciones espaciales o geográficas, variaciones sociales y variaciones estilísticas.
En cuanto a las variaciones distinguimos:

Dialectos: son aquellas variaciones geográficas de la Lengua claramente diferenciadas en relación a la Lengua Estándar. El andaluz, el murciano, el extremeño o el canario son dialectos del castellano, de igual forma que el castellano fue dialecto del latín, como también lo fueron el francés, el gallego, el italiano, el catalán, el rumano…

Variedades sociales o culturales: Hacen referencia al uso y a la formación académica de los hablantes. Podemos distinguir:

1. Lengua culta: El hablante de la lengua culta es capaz de adecuar su registro lingüístico al contexto comunicativo en el que se encuentra. No habla igual en una conferencia ante expertos que con su familia.
2. Jergas de alto nivel lingüístico / alta formación académica: médicos, científicos, etc.
3. Lengua formal: Es el modelo de referencia y uso. Se utiliza de forma correcta por medios de comunicación, educación, etc.
4. Lengua coloquial: Utilizada a nivel familiar principalmente, dándole prioridad a la lengua oral, aunque también se pueden dar ejemplos escritos: notas, apuntes, etc.
5. Jergas de bajo nivel lingüístico / baja formación académica: juveniles, adolescentes, gremios laborales, etc.
6. Lengua vulgar. El hablante de la lengua vulgar sólo sabe utilizar un registro lingüístico y lo aplica a todas las situaciones comunicativas. 


CULTISMOS Y PALABRAS PATRIMONIALES

Los cultismos son las palabras de origen latino que se han incorporado al castellano sin apenas sufrir cambios ni transformaciones. Son, por tanto, palabras muy similares a las latinas de las que proceden: bóvido, de bove («buey»), apicultor, de apícula («abeja»), etc.


Las palabras patrimoniales son las palabras castellanas que tienen su origen en el latín y que sufrieron algunas transformaciones fonéticas y semánticas a lo largo de los siglos. Estas transformaciones se produjeron en su mayoría hasta el siglo XVIII, en el que queda fijado el sistema fonológico español en sus aspectos más importantes.[3]

Actividad sugerida: determina las diferencias entre lenguaje, lengua y habla. Analiza las variaciones sociales y estilísticas de la lengua.



[1] http://lengua.laguia2000.com/general/los-conceptos-de-lenguaje-lengua-y-habla
[2] http://lengua.laguia2000.com/general/lenguas-del-mundo
[3] http://www.apuntesdelengua.com/blog/?page_id=4286

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