TEMA No. 12
ORTOGRAFÍA
SONIDOS Y LETRAS
Indicador de logro: redacta textos coherentes sobre las diferencias entre fonemas y letras.
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Los sonidos son una realidad física: se pronuncian, se oyen, se pueden registrar en un disco o en un magnetófono. Se pueden «ver» en un oscilógrafo. Su pronunciación tiene características propias en cada hablante. Y también varían bajo la influencia de los sonidos vecinos. En efecto, el fonema es la imagen mental del sonido, a la cual éste proporciona cuerpo físico.
Los fonemas son, pues,
inmateriales; se realizan mediante sonidos, en la lengua
oral, y mediante letras en la lengua escrita.
El fonema es lo que
queremos pronunciar; el sonido, lo que pronunciamos; la letra,
lo que escribimos.
Las letras, pues, son las representaciones
gráficas de los fonemas. Y, por tanto, no se pronuncian, sino que se
leen. Cuando leemos en voz alta, estamos pronunciando sonidos. El número
de fonemas y de letras es limitado en cada
idioma. En cambio, los sonidos varían de hablante a hablante, de realización a
realización.
Sin embargo, las diferencias no impiden
que podamos identificar los fonemas representados por los
sonidos, ya que éstos tienen siempre unos rasgos, llamados rasgos
distintivos, que se combinan con otros rasgos no distintivos,
que ni son necesarios ni obstaculizan la comprensión.
El fonema es la más
pequeña de las unidades de que se ocupa la Gramática. Y carece de
significación, si no se agrupa en unidades mayores.
Llamamos Fonología a
la parte de la Gramática que se ocupa de los fonemas. La Fonética analiza
y estudia los sonidos. La Ortografía fija el empleo de las letras en
la escritura; y también de los demás signos que utilizamos al escribir.
Según el punto de articulación, los
fonemas pueden ser: bilabiales, labiodentales, interdentales, dentales,
alveolares, palatales y velares. Según el modo de articulación, pueden ser:
oclusivos, fricativos, africados, vibrantes, laterales y nasales. Por la
vibración de las cuerdas vocales: sordos y sonoros.
La Ortografía
La aparente arbitrariedad ortográfica
del español se debe a razones etimológicas, preferentemente. Pero también hay
otros motivos. Con todo, la ortografía española es mucho más fácil que la
inglesa o la francesa, y puede dominarse a la perfección en muy poco tiempo.
Más que las reglas, ayuda a fijarla y retenerla leer con atención.[1]
Actividad sugerida: reconoce las diferencias entre letras y fonemas y
las explica en un texto cohesionado y coherente.
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