jueves, 31 de enero de 2013

Tema No. 15 Diccionario y correctores en los procesadores de textos


TEMA No. 15
Diccionario y correctores en los procesadores de textos
Indicador de logro: revisa textos variados utilizando los diccionarios y correctores ortográficos de los procesadores de textos.

Los procesadores de textos son un conjunto de programas que permiten, como funciones básicas, crear, corregir, modificar, manipular, almacenar e imprimir textos en formato digital. El dominio de esta herramienta posibilita el desarrollo de las distintas fases de la creación de un texto, minimiza el tiempo empleado en su confección y permite mejorar su calidad de manera rápida y eficaz, sin necesidad de un consumo excesivo de materiales y energía física.

El uso de los correctores ortográficos y gramaticales es debatido. Su uso para contrarrestar las limitaciones ortográficas reporta muchos beneficios, pero también, cada docente debe decidir su uso o no, de acuerdo con lo que juzgue conveniente.

Los correctores ortográficos disfrazan una serie de limitaciones que, a su vez, devienen insuficiencias didácticas que no los hacen aptos para potenciar el aprendizaje de la Ortografía, a pesar de que existe la tendencia a considerar que si el corrector ortográfico no señala ningún error, es porque no lo hay y, con frecuencia, se da por terminado un documento de texto plagado de faltas ortográficas, con la certeza de que no las tiene.

En este sentido, el Dr. C. Danilo Quiñones ha planteado: "(…) no se pueden perder de vista las tendencias a sobredimensionar la tecnología por parte de algunos alumnos y maestros más jóvenes, lo que puede tornarse nocivo para la socialización del aprendizaje en los diferentes grupos, ya que algunos alumnos, pueden llegar a pensar que en la interacción directa con la computadora y otras fuentes, estaría la solución de sus problemas de aprendizaje, minimizando la acción orientadora del maestro y la ayuda que otro de sus compañeros le pueda brindar".

Independientemente de que unos correctores ortográficos superen a otros en determinados aspectos, de manera general todos operan de la misma manera sobre una base de datos que llevan incorporada y que incluye algunas normas ortográficas, un banco de palabras que pueden ser superiores o inferiores en cantidad y un diccionario de sinónimos.

Pero, realmente ¿Hasta dónde nos puede ayudar el empleo de los correctores ortográficos?
A continuación se explica, teniendo en cuenta diferentes niveles de análisis de la lengua, hasta dónde llega la ayuda y comienzan las limitaciones de los correctores ortográficos.
Ortográficamente, el aporte más notable es el corrector de palabras.

 El software contiene diccionarios (en varios idiomas) con amplios vocabularios que pueden emplearse en forma automática para revisar cualquier texto escrito en la computadora y corregir los errores tipográficos, ortográficos y de acentuación, etc. que subraya con una línea de color rojo. El verificador de ortografía es rápido y minucioso. Con frecuencia, reconoce errores que de otra manera deberíamos buscar personalmente. Localiza palabras mal escritas y otras que no están en el diccionario.
La computadora señala el error para llamar la atención del usuario sobre este; al hacer clic derecho, aparecerá un menú contextual que ofrecerá diferentes opciones. Pero es ahí donde comienzan las limitaciones si los conocimientos ortográficos del usuario son restringidos, pues de su selección dependerá la solución de la incógnita.

  • La opción Agregar al diccionario permite incorporar términos que no estén incluidos en la base de datos, pero esto tiene el inconveniente de que, si no se obra con sumo cuidado, sean incorporadas palabras con errores que el ordenador asimila y luego no son señaladas para su corrección.

  • Otra limitante tiene lugar con el empleo de palabras homófonas (igual sonido y escritura diferente). En este caso, por aparecer todas en el banco de palabras, no son destacadas en caso de emplearlas incorrectamente y por tanto los errores pasan inadvertidos para el ordenador y para el usuario que no tenga pleno dominio de su lengua materna. Ej. Todos en la caza estaban preocupados.

  • Otras faltas que el corrector no detecta son, por ejemplo, los acentos diacríticos y los parónimos (palabras semejantes, por su etimología, por su forma o sonido)
Ej. Al preguntarle si vendría, me contesto que .
Deben absorber a los inocentes (por absolver)
  • Un caso muy singular es el uso obligatorio de letra inicial mayúscula inmediatamente después del punto y seguido. Teniendo en cuenta que existen las abreviaturas a las que por regla se les debe colocar punto, debemos tener presente que no necesariamente la palabra siguiente precisa de la mayúscula, por lo que esto no siempre es aplicable. Ej. Ud. ha llegado al lugar de sus sueños.

  • Algo similar ocurre con los textos escritos en versos. Cada vez que se comience a escribir en una nueva línea, aparecerá mayúscula de manera automática y es de todos sabido que no todos los versos de una estrofa o poema deben comenzar necesariamente con mayúscula, a no ser que por regla sea obligatorio o, como José Martí en sus Versos sencillos, por una cuestión de estilo.
En el nivel sintáctico o gramatical, los procesadores de texto más avanzados incluyen también verificadores de sintaxis y de estilo. Estas herramientas aún son poco prácticas y de uso complicado porque requieren de un dominio muy profundo de la lengua. Quizás, en la próxima década asistamos a grandes progresos debido a la aplicación de la inteligencia artificial a grandes bases de datos lingüísticos.

En estos momentos son muy limitadas las posibilidades de ayuda que puede ofrecernos el corrector desde el punto de vista gramatical, pues no siempre detecta los errores de concordancia, fundamentalmente entre sujeto-verbo y entre sustantivo-adjetivo, además de otras incorrecciones relacionadas con la redacción y el uso de los signos de puntuación.

En cuanto a la puntuación del texto, sólo son detectados los errores cuando el signo en cuestión es separado de la palabra que le antecede y unido a la que le continúa. También cuando se omiten por completo y, por tanto, la oración se hace demasiado extensa lo que la hace confusa y dificulta su comprensión. Pero, una vez colocados, no es posible determinar si están utilizados obedeciendo o no a alguna regla específica. Esto depende del conocimiento y estilo de redacción del usuario.

En cuanto al nivel semántico, debemos considerar que la computadora no "interpreta" lo que el usuario escribe en ella. Para la máquina todo se traduce a listas de ceros y unos. Una palabra o una frase, en cambio, tienen correspondencias y acepciones que en ocasiones están muy lejos de ser particulares o explícitas. Por tanto, para detectar las palabras erróneas los correctores comprueban si las palabras de nuestro documento se encuentran en el diccionario que lleva asociado, junto con algunas reglas gramaticales. Por el momento, no puede discernir el significado de las palabras en cada circunstancia, o sea, podemos escribir una oración completa sin sentido, que si cada palabra está bien escrita, para ella no tendrá ningún problema.
Por ejemplo:
Tu ortografía puede colocarte en la cima de la expresión escrita.
Tu ortografía puede colocarte en la sima de la expresión escrita.

Si se conoce el significado de estos homófonos, no es difícil percatarse de la oposición de sentido que tiene lugar entre ellos, pues se trata de expresiones totalmente opuestas. En este caso es el hablante quien, a partir de un contexto determinado, podrá determinar cuál es el término que necesita para expresar su intención.
Una de las potencialidades de los procesadores de textos que pueden aliviar este engorroso proceso es, precisamente, el diccionario de sinónimos, el cual permite añadir precisión y variedad a los escritos pues ofrece alternativas para palabras que eligió en el documento borrador, pero con las que no está satisfecho. También puede buscar palabras que emanen de los sinónimos que sugiere este diccionario. Si se amplía la búsqueda, hay más posibilidades de acercarse al significado exacto que se está buscando. Pero corresponde únicamente al usuario la selección correcta de aquel que se adecue al contexto en que será utilizado.[1]

Manual para el uso del corrector de ortografía y sinónimos del procesador de textos
El procedimiento para editar un texto usando el diccionario de sinónimos es el siguiente:
  • Abre el archivo que contiene tu texto. Coloca el cursor sobre la palabra que quieras sustituir con un sinónimo. Haz clic en el botón derecho del ratón. Aparece el menú contextual.

  • Elige la opción Sinónimos. De la lista que aparecerá, haz clic sobre la que consideres más apropiada.

  • Guarda tu archivo al terminar de revisar tu escrito. Haz clic en el menú Archivo, selecciona Guardar [Ctrl+G] o haz clic en el icono Guardar   de la barra de herramientas Estándar.
El procedimiento para revisar la ortografía es el siguiente:
  • Ve al inicio de tu escrito. Oprime las teclas Ctrl+Inicio.

  • Selecciona el menú Herramientas y elige la opción Ortografía y gramática. Se abre una ventana con dos áreas de texto: una con el encabezado “No se encontró:” que contiene un fragmento del texto donde aparece una palabra resaltada; indica  que el procesador de textos no la encontró en su diccionario y sugiere cambiarla; el área con el encabezado “Sugerencias:”, contiene las palabras que el programa propone para hacer el cambio.
 Toma en cuenta las siguientes consideraciones:
  • Si no deseas cambiar la palabra porque estás seguro de que su escritura es correcta, haz clic en el botón Omitir una vez. La palabra quedará igual sólo en esta ocasión y la próxima vez que aparezca el procesador volverá a sugerir cambiarla.
  • Si deseas que la palabra quede tal como está escrita en todo el texto, haz clic en Omitir todas.
  • Si deseas cambiar la palabra por alguna de las que aparecen en el área de Sugerencias, selecciona la que consideres adecuada y luego haz clic en el botón Cambiar. La palabra será sustituida y el programa pasará a la siguiente palabra no encontrada.
  • Si deseas cambiar la palabra y la ventana de Sugerencias aparece vacía o no contiene una palabra adecuada, en el área “No se encontró:” señala la palabra resaltada, haz los cambios que consideres necesarios y luego señala el botón Cambiar. El programa aplicará los cambios y pasará a la siguiente palabra no encontrada.

Repite el procedimiento hasta que el programa te indique que ha finalizado la revisión  ortográfica y gramatical.

Al terminar la revisión guarda los cambios que has hecho en el archivo.

¿Es todo?  
  • Considera las recomendaciones que te indicó el profesor para hacer las correcciones a tu texto.

  • Si tienes dudas de los procedimientos a seguir, consulta los tutoriales.
Si lo deseas, imprime tu texto. Haz clic en el menú Archivo, selecciona Imprimir… , y elige el botón Aceptar [Ctrl+P] o haz clic en el icono Imprimir   de la barra de herramientas Estándar.[2]

Actividad sugerida: introduce un texto en el procesador de textos y corrige la Gramática y la Ortografía.

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